LA FUERZA DE UN DISCURSO: “Entendí que no me quedé en este mundo para callarme”
- cauca10cauca
- hace 1 minuto
- 2 Min. de lectura

Análisis editorial sobre el capítulo del libro de María Fernanda Cabal
Cabal despliega uno de los ejes centrales de su narrativa personal: la convicción profunda de que su voz no existe para el silencio, sino para la confrontación honesta de la realidad. Su argumento parte de desmontar una idea arraigada en la sabiduría popular “en boca cerrada no entran moscas” y la convierte en una crítica frontal a la cultura del miedo, la autocensura y la comodidad política.
Cabal se presenta como una figura que se distancia de la docilidad pública:una mujer que habla de frente, que no pide permiso para sostener sus convicciones y que entiende la palabra como un instrumento de verdad y combate moral.
Este capítulo no es solo autobiográfico; es una declaración de principios. Su relato del país marcado por víctimas del abandono estatal, por el reclutamiento infantil, por la violencia narcoterrorista funciona como el contexto emocional que explica su postura: no se calla porque ha visto demasiado como para normalizar la mentira.
La descripción del estallido de 2021 revela su tesis principal sobre la “realidad invertida”:
cuando el lenguaje convierte a los criminales en víctimas y a la Fuerza Pública en verdugos, la sociedad entra en un estado moral peligroso.
Desde esa visión, su célebre intervención del 4 de mayo de 2021 aparece como un punto de quiebre:un discurso construido al calor de la indignación que, según narra, la colocó fuera de “la manada” y dentro de una posición firme de coherencia personal.
El capítulo termina volviendo al origen de su fuerza: su historia, sus principios y su convicción de no callar jamás, porque como lo escribe “no me quedé en este mundo para callarme”.
María Fernanda Cabal emerge en estas páginas como algo más que una voz política: aparece como una mujer que ha hecho de la verdad un deber, de la coherencia un hábito y del coraje una forma de vida. Su relato no busca agradar; busca confrontar. No persigue aplausos; persigue claridad moral.
Su estilo firme, directo, sin titubeos refleja una convicción rara en la vida pública: la voluntad de sostener principios incluso cuando el costo personal es alto.
11 de Diciembre 2025


