Colombia pagará mucho más por los cazas Gripen: ¿qué explica la diferencia de hasta el 55 %?

La reciente adquisición de 17 cazas JAS 39 Gripen E/F por parte de Colombia ha generado un intenso debate acerca del precio unitario del contrato y su comparación con el que acordó Tailandia con el fabricante sueco Saab AB. El valor del acuerdo con Colombia se sitúa en aproximadamente 3 100 millones de euros, lo que equivale a unos 3 360 millones de dólares.  El trato incluye 15 aviones monoplaza (versión E) y 2 biplaza (versión F), con entregas previstas entre 2026 y 2032.

Por contraste, Tailandia firmó en agosto de 2025 un contrato con Saab para la adquisición de 4 unidades del mismo modelo por un valor aproximado de 5.300 millones de coronas suecas (≈ 481 millones de euros) lo que se traduce en un coste de cerca de 137 millones de dólares por unidad.

El resultado es una diferencia de hasta un 55 % más que pagaría Colombia por unidad, según los análisis de prensa colombiana.

¿Por qué esta brecha? Una parte de la explicación radica en los «offsets» o compensaciones industriales: en el contrato colombiano están contemplados amplios acuerdos de transferencia tecnológica, industrialización, proyectos de infraestructura en salud, energía sostenible y purificación de agua, entre otros. Además, Tailandia ya contaba con una base previa de soporte para el sistema Gripen (compras anteriores), lo cual reduce sus costes de integración.

Otro factor es la escala y especificación del pedido: Colombia asume un programa más amplio y de mayor alcance en tiempo y recursos, lo que normalmente incrementa el coste total del paquete. También se menciona que las condiciones financieras, plazos de entrega, formación de personal, logística de mantenimiento y soporte postventa pueden diferir sustancialmente entre los dos contratos.

Desde el gobierno colombiano se argumenta que la compra se justifica por la necesidad de renovar la flota de cazas obsoletos (los IAI Kfir israelíes en servicio) y reforzar la capacidad de defensa del país.

En conclusión, aunque la diferencia en precio ha despertado críticas y preguntas de transparencia, el valor más elevado pagado por Colombia parece estar vinculado a un paquete más ambicioso que solo la adquisición de los aviones: incluye tecnología, infraestructura y desarrollo industrial. No obstante, quedará por ver si esos beneficios adicionales se traducen en valor efectivo a mediano y largo plazo para la defensa y el desarrollo del país.

20 de Noviembre 2025