“Las campañas ya no compiten por votos: compiten por conversación”
- cauca10cauca
- 25 nov
- 3 Min. de lectura

La política dejó de discutirse únicamente en tarimas o debates televisivos, y pasó a medirse en menciones, reacciones y comunidades digitales, surge una paradoja: las campañas más efectivas no son necesariamente las más visibles, sino las que logran activar a la ciudadanía con identidad propia.Bajo ese criterio, hay una figura que sobresale: María Fernanda Cabal.
El más reciente análisis de desempeño de campañas basado en el comportamiento digital de los actores políticos confirma una realidad innegable: Cabal aparece entre las tres personalidades más mencionadas del país, sin siquiera estar oficialmente en contienda. Y ese fenómeno no es un accidente, sino el resultado de un liderazgo construido a pulso.
Según los datos, Iván Cepeda y Abelardo De La Espriella encabezan el listado de menciones totales, pero el verdadero punto de quiebre está justo debajo de ellos:María Fernanda Cabal registra más de 1.5 millones de personas hablando activamente de ella, muy por encima del promedio de la mayoría de candidatos en circulación.
La diferencia es sustancial.Mientras muchos aspirantes dependen de coyunturas, entrevistas o polémicas temporales para perfilarse, la conversación alrededor de Cabal se sostiene de manera orgánica. No es ruido de un día, es presencia constante en la esfera pública.
El alcance no define liderazgo, pero el engagement sí
En el entorno actual, ser visto no significa ser influyente.Hoy casi todos los nombres políticos alcanzan cifras elevadas de exposición. El problema es que solo unos pocos convierten esa visibilidad en conversación real.
El reporte identifica tres grupos:
Los que activan: Cabal, Cepeda, De La Espriella y Fajardo.
Los que aparecen: Galán, Bolívar y Vargas Lleras.
Los que figuran sin efecto: el resto.
¿Qué significa esto? Que la audiencia está dispuesta a debatir y compartir el discurso de Cabal, aun cuando ella no “lanza” temas cada semana. Su comunidad actúa como caja de resonancia, reproduciendo sus posiciones y trasladándolas al debate público con naturalidad.

Dentro del Centro Democrático, Cabal no compite: ejerce liderazgo
Cuando el análisis se reduce a la derecha, el panorama es aún más claro. María Fernanda Cabal supera ampliamente a Paloma Valencia, Paola Holguín y Miguel Uribe. No solo los aventaja: los desplaza.
El documento lo explica a través de cuatro factores:
Marca personal definida: Cabal no habla a todos, habla a los suyos. Y los suyos la respaldan.
Comunidad orgánica: su base no depende de campañas de imagen o influencer marketing.
Autoridad en la crisis: cada vez que el partido atraviesa turbulencias, la conversación gira hacia Cabal.
Identidad ideológica: no navega ambigüedades, su discurso es directo y reconocible.
El ejemplo más reciente fue revelador:Miguel Uribe detonó una controversia sobre la encuestadora interna, pero el foco mediático, el debate y la reacción pública terminaron sobre Cabal.Ella no buscó el centro del escenario: el escenario la eligió.
El informe también revela un fenómeno interesante: la audiencia sanciona con rapidez la artificialidad.Videos preparados para parecer “naturales” o publicaciones diseñadas para simular cercanía generan rechazo.
Los casos abundan:
Juan Carlos Pinzón comiendo un tomate en una plaza de mercado, interpretado como pose.
Claudia López hablando de música, percibida como actuación para agradar.
Mientras algunos practican el “casting político”, María Fernanda Cabal mantiene un estilo coherente con lo que ha sido desde el inicio: combativa, directa, sin filtros.Puede generar controversia, pero nunca incongruencia. Y las audiencias especialmente las digitales perciben esa diferencia.
Mientras otros se esfuerzan por parecer presidenciables, María Fernanda Cabal actúa como quien ya lo es. Sin haber anunciado campaña, se ubica entre las tres figuras más relevantes del país, supera a candidatos oficiales y marca la conversación de la derecha colombiana.
Lo hace con los recursos que no se compran: fuerza personal, consistencia discursiva y un público que no solo la sigue, sino que la defiende y multiplica.
25 de Noviembre 2025














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