María Fernanda Cabal: la figura que emerge con fuerza en el pulso presidencial del Centro Democrático

El anuncio del Centro Democrático de iniciar encuestas internas para definir su candidato a la Casa de Nariño marca el comienzo de una fase decisiva en la política colombiana. En un escenario electoral caracterizado por la fragmentación de la opinión pública y la creciente desconfianza hacia los partidos tradicionales, el movimiento encabezado por el expresidente Álvaro Uribe busca reposicionarse con un liderazgo sólido, competitivo y capaz de capitalizar el inconformismo social. Dentro de este proceso, la figura de María Fernanda Cabal se presenta como una de las contendientes más visibles y polémicas, pero también como uno de los perfiles con mayor capacidad de movilización dentro de las bases uribistas.

Cabal ha construido su carrera política sobre un discurso frontal, sin concesiones, que conecta con un sector del electorado que siente que el “centro” y la moderación han fallado. Su narrativa basada en la defensa del orden, la autoridad y la propiedad privada no solo la diferencia de otros actores de su partido, sino que la ha convertido en una voz reconocible en el debate público. En un contexto donde la polarización opera como motor de conversación política, Cabal ha entendido que la visibilidad no se obtiene solo con presencia legislativa, sino con exposición constante en medios y redes.

Las encuestas anunciadas por el Centro Democrático definirán qué tan efectivo ha sido ese posicionamiento. La decisión del partido de recurrir a mediciones como mecanismo de selección responde a la necesidad de legitimidad interna y de un candidato que no solo represente al uribismo, sino que logre trascenderlo. Este proceso abre la puerta a un pulso estratégico: mientras algunos sectores apuestan por un liderazgo más conciliador, otros impulsan un perfil combativo como el de Cabal, que interpreta el momento político como una oportunidad para “reordenar” el país desde la firmeza ideológica.

El reto para Cabal será convertir su fortaleza discursiva en un proyecto viable: propuestas económicas concretas, agenda de seguridad estructurada y una visión de Estado que no recaiga únicamente en la confrontación. En un panorama donde la oposición al gobierno es amplia pero diversa, el liderazgo uribista no puede limitarse a la denuncia; debe presentar un plan. Las encuestas, más que un trámite partidista, serán la primera prueba de fuego para determinar quién tiene la capacidad de hacerlo.

29 de Noviembre 2025