top of page
Buscar

Miguel Uribe, la expulsión que destapa la deslealtad y ordena el tablero del Centro Democrático

  • cauca10cauca
  • 1 dic
  • 1 Min. de lectura
ree

La salida de Miguel Uribe Londoño del proceso interno del Centro Democrático no fue un movimiento casual ni un “malentendido”. Fue una decisión política contundente: el partido cortó de raíz la participación de un aspirante que, lejos de fortalecer la colectividad, se convirtió en un factor de tensión, ruido y desconfianza.


El comunicado oficial lo expone con una cronología fría: mensajes evasivos, excusas para no presentarse al foro, y una insistente petición de reunión privada para “tomar una decisión muy seria”. En política, el que abandona deliberadamente los espacios institucionales y opera por fuera de ellos no busca construir busca ventaja. La dirección del partido lo entendió como lo que es: un acto de deslealtad.


La reacción pública de Uribe Londoño fue reveladora. No hubo responsabilidad ni prudencia, solo victimismo y una narrativa que intenta presentarlo como perseguido. El problema es que el partido no puede darse el lujo de jugar a interpretaciones cuando se está en plena definición del liderazgo presidencial. En estructuras con origen ideológico y disciplina interna, la lealtad no es un accesorio: es la base de supervivencia.


La expulsión reordena el tablero. Mientras Uribe Londoño queda fuera, el partido ratifica su continuidad con María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín. Tres figuras que con estilos distintos representan una línea clara: orden, coherencia y pertenencia real al proyecto uribista. Son liderazgos que han enfrentado debates, críticas y coyunturas sin ocultarse ni buscar atajos personales.


1 de Diciembre 2025

 
 
 

Comentarios


bottom of page